Los Apostoles

JUDAS ISCARIOTE Y MATÍAS: TRAICIÓN Y FIDELIDAD EN EL PLAN DE DIOS

Judas Iscariote, el apóstol que traicionó a Jesús, ocupa un lugar trágico en la historia de la salvación. Su nombre es sinónimo de traición, y los Evangelios destacan su papel como «uno de los Doce», lo que hace aún más doloroso su acto. Jesús le confió el manejo del dinero del grupo, pero también lo llamó «ladrón» (Jn 12, 6). ¿Por qué lo eligió? Es un misterio que nos recuerda que Cristo respeta la libertad de cada persona.

Las razones de Judas para traicionar a Jesús han sido objeto de debate: avaricia, desilusión política o, como indican los Evangelios, la acción del Maligno. Su arrepentimiento lo llevó a la desesperación y a la autodestrucción, en contraste con Pedro, quien también cayó pero encontró el perdón. Este contraste nos enseña que la misericordia de Dios siempre está disponible para quien la busca con confianza.

Tras la Pascua, Matías fue elegido para ocupar el lugar de Judas. No sabemos mucho sobre él, excepto que fue testigo fiel de Jesús desde el principio (Hch 1, 21-22). Su elección nos recuerda que la infidelidad de algunos nunca detiene la obra de Dios.

La historia de estos dos hombres nos interpela. Judas nos advierte sobre el peligro de alejarnos de Cristo y de ceder a la desesperación. Matías nos muestra que Dios siempre suscita nuevos testigos fieles. En medio de las pruebas, cada cristiano está llamado a ser fiel y a renovar su confianza en la misericordia divina.

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