Laudes y Visperas

LA ESPERANZA DEL CÁNTICO DEL APOCALIPSIS

El Apocalipsis, lejos de ser solo un relato de catástrofes y juicios, es también un canto a la esperanza. En el capítulo 15, encontramos un cántico de alabanza dirigido al «Señor, Dios todopoderoso», entonado por los vencedores de la bestia. Estos justos no solo han resistido el mal, sino que, a través del sacrificio y la fidelidad, se convierten en constructores de una nueva realidad, con Dios como artífice supremo.

Este himno nos recuerda que la historia no está dominada por la casualidad ni por fuerzas oscuras. Dios actúa en los acontecimientos humanos, guiándolos hacia la plenitud. Como invita el Concilio Vaticano II en Gaudium et spes, debemos aprender a leer en los signos de los tiempos la acción divina, que nos conduce a un futuro de justicia y verdad. En este contexto, el «temor de Dios», lejos de ser un miedo paralizante, se convierte en una apertura confiada al misterio de su trascendencia, un fundamento para la fe y el amor. Por ello, quienes temen a Dios no tienen miedo del mal ni del futuro, pues confían en su victoria sobre el mundo. Este cántico, entonado por los justos, es también una invitación a alabar a Dios y a renovar nuestra esperanza en su plan para la humanidad.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *